Consejos para un buen morir

No cometa la locura de morir en un hospital a la madrugada.

Tampoco se le ocurra agonizar semanas o días.

La madrugada y la muerte solo se justifican juntas en un accidente vial o un final violento en las calles.

No se suicide. Eso genera mucho stress y demanda mucha planificación y generalmente,  a ese hecho lo anteceden fallidos traumáticos que suelen conducirlo a internaciones e insoportables sesiones de terapia.

No se regale. Haga gimnasia, coma sano  no f

ume, no chupe, contrólese periódicamente. Morirse es horrible, se lo garantizo yo que seguramente algún día lo haré, como para encima tener la culpa.

No es recomendable partir entre remordimientos y silencios perturbadores. Escupa todo, pida perdón, reclámelo si es necesario y no joda con su cara de despedida hollywoodense. Váyase rápido y sin molestar mucho. Mire que los demás tienen que seguir remando al otro día del hecho.

No haga testamentos o pedidos románticos. Miré si se muere en junio y hace ir a toda la familia a Mar Del Sur a revolear cenizas al mar!! Déjese de embromar, viejo.

Si se muere de mañana que no haya televisión prendida. Que haya música y que el sol entre por alguna ventana.

Si ve una luz blanca vaya corriendo. Eso de ir y volver, lo obligará a dar testimonio y quien sabe no termine escribiendo un libro o laburando para el Discovery Channel, Dios no lo permita!

Si puede trate de morir en la playa de cara al mar y al sol. Se que es difícil pegar en el blanco pero inténtelo. Si ve que la presión se le fue a 20 o la glucemia toco todos los récords, no dude. Saqué un boleto en Chevalier y nos vemos.

Proteja a sus seres queridos. Cuentele que es un bajón pero que la vida es así y no se haga el gil.

No vale la pena ese espantoso teatro del disimulo recíproco.  Es un desgaste sin sentido. 

Piense que ellos deberán enfrentar lo mismo que usted en cualquier momento. Sea un ejemplo de buen perdedor.

Ni bien llegue al otro lado avise que es peronista. No sea cosa que lo confundan con lo que va al fuego...

               EDUARDO TORRE