EL CUENTERO

 Cómo logran dominar a la sociedad, una y otra vez? Este señor es un gran ejemplo. Algunos conocerán la historia de su paso por TN. Para los que no, les cuento:

La producción de su programa había recibido  a una organización que denuncia una venta de tierras que significaría el fin de los esteros del Iberá.

La cosa es más o menos simple. El grupo inversor sabía que los commodities alimenticios iban a tener un aumento exponencial y la estrella de la cuestión sería el arroz y el lugar, con pequeñas modificaciones ambientales daba para convertirse en un gran arrozal.

Se lo pasan al cuentero viejo quien se involucró directamente en la cuestión alarmado por la gravedad de la situación.

Graban un documental con la denuncia, muestran imágenes de los Esteros y cuentan como quedaría ese escenario natural tras el desastre diseñado por la famosa corporación.

Don Luis le avisa a los muchachos de la ONG que tal día el programa estaría al aire.

Los denunciantes agradecen al conductor, su compromiso y valentía: "Don Luis, no pensábamos tener suerte y usted nos sorprendió".

"Era un boncha boliao, un chacarero, que se tomó aquél 9 en el retiro. Nunca vieron esparo, ni lancero, un gil a la acuarela más a tiro" así arranca Carlos de la Púa su glorioso "Línea 9" de La crencha engrasada", y en este caso, calza como un guante.

Llegó el día de emisión, el programa iba grabado y los amigos comenzaron a llamar a Landriscina al teléfono para preguntar si estaba bien. Se habían alarmado porque TN emitía un programa viejo y no el que correspondía a esa fecha.

Asombrado el conductor llamó al canal y desde allí le comunicaron que no solamente no se emitiría  el episodio sobre el Iberá, si no que él tampoco saldría al aire nunca más.

Despedido, por qué? Repetía el hombre. Parece ser que la empresa destructora de los Esteros estaba presidida por Camilo Aranda, vicepresidente del grupo Clarín y al muchacho no le gustaba que se ventilara su intimidad por la pantalla de TN.

Nunca hubo denuncia. Jamás se volvió a involucrar con la ong y, probablemente, se haya sentido culpable y en falta con " La mano que le daba de comer". Este personaje sintetiza todo lo que el poder requiere de un hombre. Que sea fiel, aún en situaciones extremas que lo perjudiquen directamente, servil, ingenuo, bruto y que sirva para contar anécdotas, emocionar y hacer reír. 

Nunca en la vida sospechará que él es su mejor chiste.    

            EDUARDO TORRE 


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