OLFATO
Dicen que lo que primero que se olvida está relacionado con el olfato. Podemos recordar una cara a 50 años de haberla visto por última vez. Jingles o canciones, más todavía.
Pero algo no funciona bien entre la nariz y la nostalgia. Yo puedo racionalizar que hubo un olor característico en un montón de cosas que ya no están.
Mí bolsita de jardín tenía un aroma especial. Lo sé, no lo puedo explicar. No tengo idea como era esa fragancia pero se que era. Se que si la volviera a encontrar iría corriendo a envolverme en ella. También, estoy seguro que la identificaría en el acto. Qué me reiría a carcajadas diciendo: Siiiii, lo sabía!!!! Pero, hoy, no tengo idea.
El almacén de Araujo y la Colón, también, olían a qué se yo qué. Pero olían, viejo! Yo recuerdo que mi familia se juntaba a hacer una picada y que yo era feliz. Qué la mesa se llenaba de platos y vasos y qué algo de ese olor a Araujo o a Manolo nos hacía disfrutar. No les puedo contar y me muero de ganas de decirles cómo era el asunto pero no hay caso...
Podría racionalizar que el queso y otros quesos más y que el jamón crudo colgado con ganchos del techo y no se cuantas cosas pero no sé si era así.
La estanciera '66 de mí viejo tenía un olor que daría cualquier cosa por volver a sentir...
Pero es inútil, la napia no se asoma al pasado.
Somos millones las almas que andamos por el mundo añorando lo que ni sabemos como era. Acaso el Alzheimer empiece por el naso.. andá a saber...
EDUARDO TORRE
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