Rompiendo la noche

 Si fueras de queso alzaría mis brazos y te arrancaría del cielo . 

Si estuvieras rodeada de migas iría juntándolas con un cuenco de barro. 

Si te taparan el rostro nubes  de azúcar agarraría a los niños y los llevaría volando conmigo hacia ese cielo azul de crema y  piedad.

 Pero sos simple luna y no entendés nada .

Cubrir todo de oscuridad y callar es lo único que sabés hacer.

Sos una cobarde que le regala fiesta a los explotadores, jornadas románticas a los complices y terreno fértil a desclasados poetas para que se olviden del hombre. 

Maldita luna! Yo escupo en tu cara, una y mil veces porque estás ahí y sos incapaz de hacer algo para ayudarme.

Siempre eterna, absoluta e implacable,  asomás y desnudás mi mesa vacía  y mi falta de hogar.

Maldita y mil veces maldita. Venís a recordarme que no hay comida para mis niños, que otra vez no habrá cena y que el hambre duele aunque no se lo vea.

Sos soberbia,  te vestís de frío y me lo soplás en la cara para humillarme más en  mi falta de manta y kerosén.

Mis niños lloran y sus panzas rugen pero mañana.

Ay, mañana!! Porque habrá uno y entonces, al calor del sol, saldremos a la calle y acabaremos con las fiestas;  las lunas de miel de los hipócritas y mis hijos junto a todos los que te aborrecemos pintaremos un cielo de pan para que vos nunca más puedas estar encima nuestro y los poetas se metan sus rimas en el culo.

 Eduardo Torre 


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