Invierno infernal

 El invierno es una taza de chocolate y una bufanda de colores que tejió la vieja. 



Es una cocina llena de ollas hirviendo papas y calabazas.

Es un sol lejano y aturdido intentando alcanzar la ventana. 

Es el gorro de lana con orejas de los pibes que van a la escuela. 

Es la luna imponiendo su color en la noche que nadie se asoma a mirar.

El invierno es casa y reunión en la mesa larga.

El invierno no tiene la culpa que no haya chocolate en las tazas. 

Ni cocinas, ni ollas humeantes.

Ni lana para las viejas, ni bufandas para los chicos.

Ni ventanas donde mirar al sol

Ni gorros, ni orejas, ni pibes que vayan a la escuela 

Ni lunas que evitar en la noche de los que deambulan.

Ni casa, ni reunión,  ni mesa larga.

El frío está en el corazón de los dueños de todas las cosas que transforman inviernos en infiernos.

Este año la muerte rondará las calles de mi país y seguro no será noticia.

Mejor que no lo sea. Odiaría leer "El invierno causó dos nuevas muertes".

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