LA SOMBRA

A la vuelta de la fábrica de Medias París, justo frente a la plaza del "Paraíso de Talento" ( que así se llamará tarde o temprano) vi caminar a una sombra.

Inclinada de dolor hacia adelante como buscando ver los cordones de sus zapatos. La pobre daba vueltas  lentamente, como queriendo pegarse a cada objeto que hallaba a su paso.

Al principio busqué al sol y al hombre que la proyectaba. Algo que explicara racionalmente este extraño fenómeno. No había nada que pudiera justificarlo. Nada o casi nada.

Instintivamente quise huir, olvidarme del tema, pasar a otra cosa rápidamente, comprar el diario y ver como salió Barracas Central, ponele.

Pero fue imposible porque como dice el refrán: "La curiosidad mata al gato" y ahí fui maullando directo al gris.

-"Buenas!! Qué anda haciendo por la plaza tan sola?, le pregunté

-"Usted está loco? No sabe que las sombras no hablan?"

-" No me haga reír. Mi sombra siempre me habla. Se la presento. Acá a mi lado, vea."

-" Me disculpa, no tengo ganas de hablar con locos que hablan con su sombra o con otras sombras. Buenos días."

-"Eh, viejo!! Qué carácter!" 

-"Discúlpeme. No tengo un buen año."

-"Hace mucho que anda sola?"

-"Sola??? Jaja. Solo está usted"

-"Cómo dice?"

-"Miré, a usted le gusta el tango?"

-"Si, obvio."

-"Caminito, lo tiene? Una sombra ya pronto serás,  una sombra lo mismo que yo"

-"Quién sos la muerte? Perdón,  mi muerte?"

-"Déjese de pavadas. Miré que su muerte va a venir a caminar por la plaza. Ella pasa y se lo lleva sin mucho preámbulo. No se haga ilusiones. Largue ese cuento para directores de cine sueco que le quedan mejor. Además,  usted no juega al ajedrez..."

-"Y entonces..."

-" Vaya preparándose para ver miles de sombras dando vueltas. En este mismo momento, otras como yo, comenzaron a rondar por todos lados."

Allí fue que mi gris amigo me contó que peor que la muerte es no tener futuro, ni destino. Me explicó que cuando se dice que este país es una sombra de lo que fue, la cosa es literal. 

Su proyección pertenecía a un tal Omar Carrario, peón de fábrica que debería estar haciendo tiempo pata entrar a su trabajo que ya no está. Él anda ahora sin sombra buscando comida por los comedores del barrio. 

-"Este país se llenó de oscuridad, mi amigo. Tenga cuidado porque nosotras seremos visibles un breve tiempo. Nada hay que lastime más que la oscuridad. Haga algo, por favor." Me suplicó llorando.

Nunca había visto por mi barrio llorar a una    sombra. Es tan triste...

                             EDUARDO TORRE 


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