EL ULTIMO MALEVO

 Se fue el malevo del barrio. Se piró, no quiso más lola. Mordía entre sus labios bronca y despotricaba sobre este tiempo de cobardes.

"No va más" grito en la esquina. Saludó con un guiño al farol, al buzón y murmuró un redondo: "Ya me van a extrañar". 

Se fue silbando bajito un tango de esos que ya nadie canta y vió como tres pillos le choreaban la cartera a una anciana que volvía del hospital.

Descartó la daga en el tacho y se amasijo en la vía del tren. 

Dejó una carta tirada en el andén que decía: "Cerrame la ocho, Morocho"

Todavía nadie apareció a pagar la cuenta...

                       


Eduardo Torre 

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