El amor es para siempre

 Los que me conocen saben que soy fanático del cine en blanco y negro.

Reparto mis preferencias entre el cine alemán de principio del siglo XX y el italiano de post guerra.

También, disfruto plenamente de Chaplin, Keaton, Los Hermanos Marx y me daban mucha ternura el dúo Abbot y Costello.y El gordo y el Flaco.

Obviamente, Hitchcock y Welles me han maravillado de principio a fin, para qué lo vamos a negar, no?

Sin embargo, las tardes compartidas con mi abuela frente al televisor me hicieron fanático de "Nuestro cine". Recuerdo a Rubén Aldao con su frase " Sin ustedes allí, nosotros aquí, para qué?"; Luego, tomó su lugar Emilio Ariño y en su momento pasó por el ciclo, el inolvidable Claudio España. 

Así fue que me hice "experto" en identificar, rápidamente, actores y actrices de la época de oro. 

No sólo los popes del momento: Nini, Don Luis, Tita o Los cinco grandes; si no también, los de reparto como Floren Delbene o María Esther Buschiazzo.

Todo esto es, simplemente, para contarles un hecho anecdótico que me ocurrió en una de mis largas jornadas en la calle cuando trabajaba de camionero por el centro de la ciudad.

Solíamos hacer varias paradas para comprar café o alguna gaseosa. Por alguna extraña razón me gustaba parar en determinados lugares. Los motivos eran muy disímiles. A veces, lo hacíamos porque era fácil estacionar; otras, porque pagábamos onda con la gente del lugar o vaya uno a saber por qué.

En una de esas vueltas conocí a un personaje que trabajaba de lustrabotas en Callao y Corrientes frente al viejo bar El Ciervo. Era un tipo que debía pasar los setenta años, aunque hoy no estaría tan seguro de esa afirmación. Cuando sos joven acertar la edad es medio una cuestión de azar (Los veteranos sabrán entender)

Este personaje de Buenos Aires tenía su cajoncito impecable a puro fileteado porteño pero lo que me había llamado la atención es que le había puesto dos fotos. Una de Delia Garcés y del otro lado, Hugo Del Carril. 

Lo miré y señalando a la actriz le dije sonriendo -"Era linda, no?" 

-"Es, pibe." Me contestó.

-Tiene razón, Maestro. Disculpe".

"Sabés que pasa...cuando uno se enamora es para siempre, entendés?".

-"y del otro, Qué me dice?!"

-El otro cantó en voz alta mi oración".

-"Veo que compartimos la misma religión", le dije riendo.

-"Casa de muñecas de Ibsen? Se burló el crack de la pomada.

Me reí a las carcajadas. "Sos un fenómeno", le contesté. 

Le di la mano y antes de soltarla, me dijo mirándome a los ojos: " La más linda no la puedo poner por respeto al General pero la llevo siempre en el bolsillo de adentro del saco pegadito al corazón. Esa se la muestro solo a los que comparten el pan". Y ahí fue que me dejó ver a Eva con el pelo al viento.

Hoy, en Cinear, dieron "La Prodiga" y "Gente bien". Hace cuatro horas que solo veo cajoncitos de lustrar. Brindo al cielo por vos, compañero. El amor es para siempre....Claro que sí.


                              


Eduardo Torre 

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